Organizar las mesas de un convite no es ninguna tontería. Es más, en ocasiones, puede suponer un quebradero de cabeza para los novios. Para que eso no ocurra, vamos a ofreceros unos consejos de acuerdo a nuestra experiencia.
– Lo ideal es tener la lista de invitados lo más cerrada posible, aunque siempre habrá alguna incógnita hasta última hora. En ese caso, los dudosos deben tener un sitio asignado ‘por si las moscas’, ya que encontrarle uno a última hora puede acarrear bastantes molestias.
– Dividir a los invitados en varios grupos (familiares de la novia, familiares del novio, amistades comunes, compañeros del trabajo…), y a partir de ahí, ir confeccionando mesas por afinidad.
– Si las mesas son redondas, será posible incluir a algún invitado extra sin que se note demasiado. De igual modo, si alguna de ellas se ha quedado ‘coja’, podrá disimularse con más facilidad.
– No mezclar a personas de edades muy diferentes, sobre todo si no se conocen entre ellos.
– Es recomendable que las mesas con gente joven estén próximas entre sí, ya que son más propicias a relacionarse entre ellas y a animar el ambiente.
– No debemos formar nunca una mesa con los invitados que vienen solos o no tienen relación con el resto. En ese caso, lo ideal es incluirlos en otras mesas en las que puedan encajar por edad, aficiones, carácter, etcétera.
– Si los niños son capaces de comer solos, pueden formar una mesa. Preferiblemente, con un profesional que les entretenga y supervise.
– En le medida de lo posible, colocar a las personas mayores cerca del aseo y lejos del escenario.